Los alumnos del Raquel Payá echan mano de la coctelera en el camino hacia el diseño de su propio bar en Els Magazinos de Dénia.

Cócteles que agitan capacidades.

Es martes y los alumnos de cocina y restauración y servicio del colegio Raquel Payá tienen hoy taller en Els Magazinos. En una de las terrazas les esperan Valentina, de La Vermutera, y Fran, el jefe de coctelería de A la Fresca. Hoy toca clase de cócteles. Tendrán que familiarizarse con el vaso mezclador, el medidor, la cubitera y otros utensilios indispensables para su propósito. Empezarán con un daiquiri de fresa sin alcohol. El objetivo no es otro que familiarizarse con el mundo de la coctelería para poder diseñar su propio cóctel, el que servirán en el bar que ellos mismos gestionarán cuando acaben su formación. Es toda una aventura gestada dentro del proyecto Inclou-me, que no solo pretende formar e insertar sino también visibilizar.

Los talleres pretenden despertar la creatividad y ampliar la formación de los17 estudiantes de FP de cocina y restauración y servicio del Colegio de Educación Especial Raquel Payá. Las clases se organizan en función de la demanda. Es decir, “son ellos quienes eligen y proponen el taller que quieren realizar”, explica Luis Cañizares, director de comunicación de Els Magazinos. Lo hacen a través de sesiones creativas, que arrancaron con el Ikigai -o guirigay, como ellos lo llaman- donde se plantearon qué sabían hacer, qué les gustaría hacer, qué podrían aportar al mundo y por hacer qué cosa les pagarían, como recuerda José Luis. Él lleva un año trabajando como embajador de arte en la Sala Taller Turia, a la que llegaron tres alumnos en prácticas del centro. Allí  ha encontrado un lugar donde sentirse realizado, donde sentirse útil. Es un ejemplo de integración laboral y la prueba palpable de que las personas con diversidad funcional tienen limitaciones, pero también capacidades. Vicen Cardona Vives, profesora y jefa de estudios del Raquel Payá, no tiene ninguna duda: “Todos son buenos en algo, no son camareros al uso sino especializados en una determinada labor”.

De los talleres y las sesiones creativas salen cosas tan interesantes como el manifiesto en el que plasmaron cuál iba a ser la filosofía del bar que proyectan gestionar y que, si no surgen nuevos contratiempos, verá la luz antes de que acabe 2021 en Els Magazinos. Por no hablar de los dibujos canalizados con Castejón, la idea de crear un camarero digital, la coreografía, el storytelling, las sesiones dedicadas al tiraje de cerveza, a los cafés, a la pasta o a la elaboración del vino, algunas todavía en programación.

Todo ello se engloba en la filosofía del Mercado de un mundo mejor y en los proyectos de responsabilidad social corporativa de Els Magazinos. En el caso del programa Inclou-me, hay también clases de creatividad para los profesores, con la idea de abrir su campo de actuación. Los talleres pretenden abrir nuevas puertas y escapar de las limitaciones del entorno escolar, no solo a nivel de recursos sino también de posibilidades de interactuación. Las prácticas en Els Magazinos y las que se hacían anteriormente en el IES Maria Ibars, relacionándose con otros estudiantes y profesionales, son una de esas cosas que más les hacen disfrutar, subraya su profesora. “Es como un pilotaje para la formación profesional dual, que no tenemos”, puntualiza, “de modo que aquí reciben una formación in situ que se refuerza después en el centro”. 

El proyecto del bar está muy avanzado. Ellos decidirán si tiene terraza o no, qué se va a servir, si se ofrecerá servicio de venta online y otros detalles, como el nombre. Los talleres se interrumpirán en abril durante mes y medio para realizar la formación en centros de trabajo (FCT) incluida en el programa formativo. Este año, por la situación sanitaria, casi todos harán esas prácticas en cantinas de los institutos y comedores escolares. Pero el proyecto no se detendrá. Porque, que a nadie se le olvide, hay que abrir antes de que acabe el año.

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